La exintegrante de Perú Libre, Zaira Arias, protagonizó un tenso enfrentamiento en los exteriores del Congreso de la República al exigir ser acreditada como congresista accesitaria en reemplazo de Guillermo Bermejo, investigado por presuntos vínculos con Sendero Luminoso. Portando documentos, Arias denunció una “violación de leyes y derechos” por parte del Parlamento, asegurando que su incorporación responde a un “mandato popular” que —según ella— no puede ser desconocido.
Durante su protesta, Arias mantuvo una postura desafiante y afirmó que su objetivo es “desratizar el Congreso”, insistiendo en ocupar el escaño hasta el 2026 pese a no contar aún con el reconocimiento del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). La exmilitante aseguró que no busca privilegios y que su presencia en el Legislativo busca “recuperar la voz del pueblo dentro del Parlamento”.
En declaraciones a La Mula, la política sorprendió al prometer que no cobrará el salario de un congresista, sino el sueldo mínimo de un trabajador, equivalente a S/ 1,130. “No voy a cobrar sueldo de congresista, sino de trabajador, sin gollerías”, afirmó. Además, anunció que presentará un proyecto de ley para que los parlamentarios ganen el salario mínimo, argumentando que deben “sentir en carne propia lo que vive el peruano de a pie”.