Dos cachorros de raza labrador murieron durante un viaje interprovincial tras ser transportados en la bodega de un bus de la empresa EPPO, hecho que ha generado indignación y múltiples denuncias en redes sociales. Según la acusación pública, los animales habrían sido colocados junto a objetos pesados, lo que provocó que fueran aplastados durante un trayecto de más de dos horas, evidenciando una grave falta de cuidado en el traslado.
La denuncia también señala que la empresa EPPO presuntamente no contaría con autorización para el transporte de animales, lo que agrava la situación y pone en cuestión las condiciones de seguridad ofrecidas. Usuarios y defensores de los derechos animales cuestionan la responsabilidad tanto de la empresa como de quienes permitieron que los cachorros fueran ubicados en la bodega, sin las mínimas garantías para su bienestar.
Ante este hecho, se ha hecho un llamado a las autoridades competentes para que investiguen el caso, apliquen las sanciones correspondientes y promuevan una reglamentación clara sobre el transporte adecuado de animales. Los denunciantes sostienen que los cachorros pudieron viajar de forma segura en la parte superior del bus, dentro de jaulas adecuadas y pagando su pasaje, evitando así una tragedia que hoy enluta y genera conmoción.